miércoles, 2 de mayo de 2012

Primera parte

Grecia miro el reloj, habían pasado ya cinco horas. Cerró su libro y se dirigió a la cocina en busca de algo de comer, todavía estaba sola en casa, era la hora de la merienda y, como de costumbre, sus padres no estaban en casa. A veces Grecia agradecía la ausencia de sus padres por las tardes, pero eso implicaba que volvieran tarde de trabajar, y detestaba tener que comer sola, si es que no venia su hermano. Esa noche su hermano cenaría con ella como había prometido, hacía dos semanas que no se veían y aunque les costaba admitirlo, encontraban en el otro la compañía que sus padres no les daban y que tanto anhelaban, en especial Grecia, que con diecisiete años no tenía demasiadas responsabilidades. Se llevaban bien a pesar de ser hermanos, pero su buena relación solo se debía a que no convivían las 24 horas del día. Grecia y Antonio eran muy unidos, y aunque no vivieran juntos Antonio pasaba mucho tiempo en su antigua casa solo para hacerle compañía a su hermana que vivía prácticamente sola, ya que sus padres permanecían abarrotados de trabajo hasta tarde y volvían a casa sin ganas de hablar por el cansancio. Eso molestaba mucho a Grecia ya que no tenia quien se preocupara por lo que le había pasado durante el día, entonces su hermano iba para que no se sintiera tan sola, además porque no soportaba verla así.
Antonio vivía en su propio departamento en el centro de córdoba. Cursaba segundo año de abogacía y trabajaba en una casa de electrónica a dos cuadras de su departamento. La mayoría de las tardes las pasaba estudiando o trabajando, pero cuando tenía un tiempo libre lo aprovechaba para ver a su hermana y respirar un poco de sus obligaciones. -¿hace cuanto que estás leyendo?- dijo Antonio apenas entro a la cocina al ver a su hermana -¿de dónde saliste?, y ¿Por qué supones que estaba leyendo? -acabo de entrar sorda, que raro que no escuchaste el ruido de la puerta o las llaves.-dijo Antonio en tono irónico- te llame 5 veces y no me atendiste -uh, no escuche el teléfono, estaba concentrada en mi merienda - dijo Grecia mostrando el pedazo de milanesa que tenía en la mano -estuve esperándote dos horas en casa y no viniste- dijo Antonio con tono desilusionado. Grecia había olvidado completamente su reunión en casa de Antonio. El día anterior habían acordado reunirse en casa de él para hablar acerca de algo que su hermano quería contarle, parecía importante y Grecia, despistada como era, había perdido noción del tiempo, dejando a su hermano esperándola. Grecia trato de disculparse de mil maneras, pero sabía que su hermano tenía razón, además, parecía ser un tema importante para su hermano. Trato de convencerlo de que le dijera, pero solo consiguió que su hermano la ignorara -Mira-dijo tratando de arreglar las cosas-, entiendo que te enojes, porque tenés razón, soy una tarada por no mirar el reloj, y te pido perdón por millonésima ves, porque te juro que no puedo estar enojada con vos, pero reconozco que fue un error mío, enserio, seguro es importante para vos y te pido por favor, aunque sea, contame lo que pasa, me gustaría que me perdones, pero, supongo que me lo merezco- pronuncio la última frase bajando la cabeza. Antonio la sorprendió abrazándola y le dijo: -está todo bien, ya esta, sé que no lo hiciste a propósito, pero, me hubiera gustado que vengas- -pero…- su hermano la callo y la sentó en la mesa - lo que te quería contar hoy, es que, me ascendieron en el trabajo y ahora soy gerente del personal- -aaaaaaai Toni, estoy tan feliz por vos!, me alegro tanto que por fin te ascendieran, ya era hora… pero espera, como si me dijiste de juntarnos hoy… lo sabías desde ayer?- pregunto Grecia confundida -bueno algo sabia, lo que pasa que Jorge me había dicho que hoy iba a hablar conmigo y yo te había llamado ayer porque sabía que hoy tenias el día libre y podías venir a casa porque pensaba que me quería despedir, además te quería mostrar la computadora que me compre, te habría encantado, pero, bueno, paso esto-dijo Antonio. Hablaron todo lo que quedaba de la tarde y cuando llego la noche, decidieron ir a festejar. Fueron a comer a Mc Donalds, porque Samuel extrañaba las big mac.
Los hermanos salieron y la pasaron realmente bien. Se encontraron con, victoria, una amiga de Antonio la cual Grecia, se dio cuenta, no era una simple amiga -ponele que te crea que es tu “amiga”, ¿de dónde la conoces?- Antonio largo una carcajada- te reis y pretendes que te crea que es una “amiga”, bueno, dale, de donde la conoces -es mi amiga, enserio, por lo menos por ahora, todavía no salimos nunca, es que no me animo a invitarla, ella no me da ni la hora- dijo Antonio con una sonrisa aparentando desinteres -¡¿¿que no te da ni la hora??! Yo no sé si vos sos ciego o estúpido como para darte cuenta de cómo te mira- dijo Grecia, con comida en la boca.- tenés que invitarla, haceme caso -¡vos estás loca!, ¿te pensas que tengo chance con un chica como ella? -si, dale, vamos a hablarle, dale- tomo a su hermano por el brazo pero este se negó a levantarse. Al final, su hermana lo convenció de ir a hablarle pero él sabía que no tenia oportunidad, victoria era de esas chicas que le caen bien a cualquiera que la mire a los ojos y la escuche hablar, tenía el pelo color castaño claro, casi rubio, alta, con voz dulce, decidida y simpática. Grecia miraba a Samuel sin poder escuchar lo que hablaba con victoria, por un lado tenía miedo por su hermano, porque a veces solía ser muy bruto con las mujeres, pero por otro sabia que a victoria le gustaba su hermano, y eso facilitaba mucho las cosas. Grecia veía que se reían , eso solo podía ser señal de que todo iba bien, pero al final ella dijo algo y su hermano se quedo mirándola. “Nooo!” pensó Grecia, pero su hermano dijo algo mas, volvió a sonreír y la saludo. -¿Y?- pregunto Grecia ansiosa -El sábado a la noche vamos a comer a Giorgio's-

No hay comentarios:

Publicar un comentario